Antes de que lo olvide

        Recuerdo una vez, al principio, en que íbamos en mi auto de tu casa a la Plaza, probablemente al cine. Manejando por la avenida, llegando a un semáforo, levanté los cuatro dedos de cada mano por encima del volante sin soltarlo, en señal de "alto" mientras nos deteníamos. Tú me preguntaste por qué lo hacía y te dije que estaba frenando el carro con la Fuerza. Ya estábamos moviéndonos de nuevo cuando te respondí, y agregué «Tú también puedes hacerlo. Mira: pon tu mano así...». Dudando, alzaste tu brazo y en cuanto extendiste la palma frené un poco. Sorprendida, la quitaste rápidamente. Tú pequeño grito y tu expresión y tu risa me hicieron saber de inmediato que eso es lo que quería hacer de ahora en adelante. Quería provocarte esa risa siempre, como fuera. Quería vivir el resto de mis días haciéndote reír y dejar que el sonido lloviera sobre mí, inundándome. Como los hilos de tu cabello al besarme.

R!

No hay comentarios: